sábado, 6 de junio de 2015

A Tata

Aun caliente tu cuerpo,
desgarran tus vísceras
los cuervos impacientes
la carroña que dejaste.

Acumulación de bienes
que guardabas en celosa custodia,
solo para recordar cuanto te deben.
¿Y tú a quién le debes?
Tanto guardar para no se qué
y nunca vienes a verme.

Arcón de recuerdos
trocado en inútil moneda.
¿Quién quiere tener recuerdos
en un miserable papel
que guarda la imagen de un momento?

¡Tener, tener, tener!

No tener y salir a lo imposible
tan cercano como al alcance de una mano.

Quiéreme, aunque sea un poco
para dejar por un momento

la miseria de estar tan solo.

        Víctor Ibáñez (1966)

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