viernes, 25 de marzo de 2016

El río viene diciendo

El río viene llorando, desde lo alto,
rojo de enojo viene bramando.
Las laderas ya no pueden con él,
no hay árboles pa´ contenerlo.
Trae en su enojo, disgustos, pa´ contarnos.
Que el calor arriba es agobiante,
que los montes tupidos se jueron pa´ otra parte,
que los animalitos y los pájaros no tiene donde guarecerse,
que está apareciendo un montecito nuevo,
Tupido, bajito y ordenao.
El Anta lo llama soja-secante.
La pacha no lo quiere.
Dice, que pa´ desierto ya tenemos bastante.
que no hay tiempo pa´lmirarse, que la tierra se seca
y la vida se va dir pa´ otra parte.

Se retuerce en las curvas como vicha
y trae apurao noticias del ambiente.
Quería llegar al Buenos Aires
 
pero se quedo cansado en Santa Fe,
en Entre Ríos, allá por el Ñancay,
el Ibicuy, Paranacito, Ceibas…

La nutria y el carpincho, 
que entienden la lengua´el río,
se arrimaron pa´ las rutas,
pa´ que tanta disgracia y tanta muerte,
toditos están muy apurao que ni las vieron.
Rezando se quedaron estiradas en charque,
con los ojitos envidriao, llorando a la pacha.

El río acojono las preguntas y fue creciendo,
se juntaron más y más, tanto así que a la panza les llegó a la gente,
preguntando ¿Por qué? ¿Por qué?...

-Tengo fe que ande venir pa´ escucharme.
Y fue, el Responsable fue,
no a escucharlo, pa´ ayudar dijo
-"¡qué terrible, qué terrible!
¡Esto no puede ser...!"
Cordialmente ayuda a una viejecita,
 
presuroso mojando su Chanel,
que venía en una canoa escapando a la crecida.
 
Irónico dijo el río: el Burgués vino a ayudar,

que fresquito adentro el auto está
y el cielo más caliente.
y el burgués dice:
 
"¡Yo no sé por qué!¡ yo no sé por qué!"

     Víctor Hugo Ibáñez  Salta (1966)

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